LA IMPORTANCIA DEL PATRIMONIO

El patrimonio representa el acervo cultural de un pueblo. Es lo que lo define como unión de personas. Aquello que ha sido, que es y que será. Los elementos que han configurado una forma de ser y de comportarse. Los elementos que lo dotan de sentido y permanencia cara a un futuro. El patrimonio desempeña un papel fundamental en la cohesión y desarrollo social.

En resumen, el respeto al patrimonio aporta los siguientes elementos en la actualidad:

  • Sentido de comunidad y pertenencia.
  • Esquema de valores y marco de comportamiento.
  • Lazos de desarrollo futuro.
  • Bases para la elaboración de planes y proyectos.
  • Posibilidades económicas en muy diversos campos (Turismo sostenible, Naturaleza, Creación cultural…)
  • El cuidado del patrimonio es generador neto de empleo.
  • El patrimonio intangible es una importante herramienta en el sistema educativo.
  1. Los tipos de Patrimonio

La noción de patrimonio comprende tres elementos fundamentales: El patrimonio natural, el tangible y el intangible.

Dentro del patrimonio tangible incluiríamos el Patrimonio Histórico y el Patrimonio Industrial.

Sin la interacción de esos tres patrimonios, sin su desarrollo y cuidado simultaneo, no se puede conseguir todo el potencial de crecimiento en todos los elementos planteados en los párrafos anteriores.

2. Protección de los diferentes tipos de Patrimonio

El patrimonio tangible ha recibido una gran atención en la última centuria. Las declaraciones de bienes de interés nacional en España, de patrimonio tangible de la humanidad por parte de la Unesco, la dotación de fondos para conservación y restauración (tanto a través de los fondos europeos, como por parte del 1 % del Ministerio de Cultura, y las dotaciones de las CC.AA) han permitido rescatar y mejorar la mayor parte de nuestro patrimonio tangible.

El patrimonio natural, también ha recibido atención detallada en los últimos años, la declaración de Parque Naturales, Reservas de la biosfera y medidas de protección ambiental, han permitido una permanencia en buenas condiciones de grandes espacios naturales. La obligación del desarrollo de estudios e planes de impacto para proyectos de intervención en la naturaleza, la ley de costas…y otras medidas de protección, permiten augurar un futuro prometedor para nuestro patrimonio natural.

Sin embargo, la protección de patrimonio intangible, dónde pueden encontrase elementos tales como las expresiones lingüísticas, las tradiciones orales, el folclore musical, las formas de expresión de las culturas populares y tradicionales, los saberes, el saber-hacer y la artesanía, no están recibiendo el mismo tipo de protección que los otros tipos de patrimonios.

3. La protección del Patrimonio Intangible

La especialista María Luisa Fernández resalta la importancia del patrimonio intangible, al poseer un capital de valores y experiencias acumuladas durante generaciones, por lo que es necesario preservarlo, enriquecerlo y transmitirlo. Agrega que representa un elemento fundamental de las identidades culturales, es fuente de inspiración para la creatividad y el recurso indispensable para el desarrollo futuro.

Esta especialista afirma que las expresiones inmateriales, que habitan en la mente y el corazón de los seres humanos, son muy frágiles, por ello la importancia de reconocer sus valores como parte de la cultura y como componentes esenciales de las identidades y de los procesos de desarrollo.

La UNESCO realiza grandes esfuerzos en la conceptualización, promoción y protección de las representaciones del patrimonio cultural inmaterial. Ejemplo de este interés es la creación de la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial y la proclamación, en mayo de 2001, de las primeras 19 Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.

Más tarde, en el año 2010, el Comité Intergubernamental de la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial inscribió 46 nuevos elementos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Pero todo ello es más un listado y un esfuerzo conceptual de buenas intenciones que un plan de intervención concreto. Establece la obligatoriedad, moral, por parte de los propios gobiernos nacionales como agentes reales de esa protección y mejora.

Sin embargo, a diferencia de los otros tipos de Patrimonios, no se ha dado en nuestro país un plan o acuerdo de intervención concreta, ni por parte del gobierno central, ni de las CC.AA. que tienen la mayoría de las competencias en esta materia. Hasta el momento son más las intervenciones personales o de asociaciones, las que están permitiendo la salvaguardia de este patrimonio (con importantes excepciones como es en Navarra)

4. La Protección del Patrimonio Intangible en La Rioja

La sociedad riojana ha sufrido en los últimos siglos una transformación muy acelerada. De una sociedad únicamente agrícola, hemos pasado a una sociedad mixta, donde la industria tiene un peso cada vez mayor. Lo curioso es que la acumulación económica que ha permitido este incremento en el índice de industrialización regional viene de la acumulación económica que permitió la modernización y desarrollo de una agricultura modernizada y vinculada a la industria alimentaria.

En el siglo XIX, con las primeras bodegas modernas e internacionales, con las primeras industrias de conservas de frutas y verduras, se generó una forma de entender el futuro industrial y económico de nuestra comunidad.

Pero la realidad social no ha cambiado tanto, muchos de nuestros comportamientos, modelos relacionales, vocabularios y formas de uso, provienen de esa conciencia agrícola que todavía forma parte importante de nuestro imaginario colectivo.

Por otro lado, a pesar de la concentración de población en grandes núcleos, donde se fija la industria, la relación con los pueblos de origen es muy fuerte. Volvemos constantemente a ellos, nos sentimos unidos de forma directa.

Además, ¿Quién no tiene una huerta? ¿Un campo? ¿Quién no recibe de sus familiares una cesta con verduras o frutas de vez en cuando?

Esta unión con la tierra con nuestro pasado nos configura, pero si no somos conscientes de la sabiduría popular que ello conlleva, de la narrativa oral de ese mundo agrícola y rural, no nos entenderemos como comunidad de futuro. Será como si nos faltase algo.

Decía una canción de la transición “La Rioja existe, pero no es…” Podemos quedarnos con esa sensación, si no recuperamos nuestras raíces. Porque si vemos nuestro pasado inmaterial podremos entender que “LA RIOJA EXISTE Y ES”. Es posible que sea como entes únicos con diferencias claras, el valle del Ebro (con sus uniones con Navarra y Aragón), el Camero Nuevo con su influencia de montaña fabril de industrias tradicionales, el Camero Viejo, con su influencia euskaldún. La Rioja está atravesada por el Camino de Santiago y eso también nos ha influido en nuestra cosmología, nos ha aportado elementos exteriores llegados desde Europa. Hemos sido frontera, de varias fronteras y es otro de los ejes de nuestra configuración.

Y todos esos elementos nos configuran como un pueblo que tiene su propia idiosincrasia, diferenciado de lo que nos rodea, nuestra historia y nuestra geografía nos configura. Y ha configurado nuestra forma de vida, nuestras historias orales, nuestro imaginario colectivo. Lo que nos hace sentirnos UNA COMUNIDAD.

Si no recuperamos ese bagaje cultural, perderemos una gran oportunidad de vertebrarnos como pueblo, no para diferenciarnos, sino para entendernos. Para entender nuestra modernidad basada en la tradición, para sentirnos representados en nuestros usos y costumbres, para sentirnos integrados en una realidad y un proyecto, para entendernos como una COMUNIDAD QUE ES.

En La Rioja siempre ha existido una preocupación especial por el patrimonio intangible. En gran parte por la configuración de nuestra CC.AA. que ha buscado una justificación de su existencia territorial, basada en gran parte en la memoria oral. Desde el momento de la creación de La Rioja, como entidad política territorial, se realizó una labor de recopilación desde los poderes públicos. La creación del Instituto de Estudios Riojanos, las publicaciones e investigaciones sobre música, folclore, vestuario…, junto con el importante trabajo desarrollado de forma privada y altruista, por asociaciones y personas (Piedra del Rayo, Karakolicos, Javier Asensio…) y el trabajo de Ayuntamientos y bates locales, nos ha configurado un acervo cultural muy importante. En los últimos años es importante reconocer el trabajo que está realizando la Universidad de La Rioja. Pero todo ese trabajo de investigación y conservación no ha tenido una clara traslación al conjunto de la población. Las publicaciones han tenido un número muy limitado de ejemplares editados y las actividades de difusión han sido muy minoritarias y limitadas. Es por ello por lo que el conocimiento de esta cultura del patrimonio intangible no sea suficientemente conocido en los ámbitos sociales y educativos de nuestra comunidad.